La atención ha sido concebida en muchas ocasiones como una propiedad o atributo de la percepción, gracias a la cual seleccionamos mas eficazmente la información que nos es relevante.
Que se perciban los objetos con mayor claridad.
Que la experiencia perceptiva no se presente de forma desorganizada, sino que al excluir y seleccionar datos, estos se organicen en términos de figura y fondo.
La existencia de la atención en el proceso de percepción significa que el hombre no solamente oye sino que también escucha, incluso a niveles intensos, y que el hombre no solo ve, si no que observa y contempla.
Para kahnman (1973), la atención interviene en una de las faces del proceso de percepción, cuando en una fase inicial de la percepción se dividen en unidades, segmentos o grupos el campo que forma la estimulación, la atención entra en juego en el momento en que algunas de esas unidades subdivididas reciben mayor realce de figuras que otros.
Se puede afirmar que la atención es la
responsable de filtrar información que recibimos y
asignar los recursos para permitir la adaptación interna del organismo en relación a las demandas externas.
La atención tiene varias características: concentración, amplitud, intensidad, estabilidad, control y oscilamiento. Estas características están referidas a temas como: capacidad de atender a más de una tarea a la vez, la cantidad de mantener está atención por un largo periodo de tiempo.
La atención se puede clasificar en base a
varios criterios, destacándose la clasificación de acuerdo a los mecanismos
implicados, que la separa en tres tipos:selectiva, que se refiere a cómo el
organismo responde a un estímulo excluyendo a los demás;dividida, que estudia los procesos del organismo para atender a
dos o más tareas simultáneamente; ysostenida, que está relacionada
con la capacidad de permanecer alerta durante períodos de tiempo relativamente
largos. Por último, la atención está determinada por factores externos e
internos. Los primeros están referidos a los estímulos medioambientales y, los
segundos, a situaciones propias del sujeto.
“La atención puede definirse como elmecanismo cognitivo mediante el
que ejercemos control voluntario sobre nuestra actividad perceptiva, cognitiva
y conductual, entendiendo por ello que activa/inhibe y organiza las diferentes
operaciones mentales requeridas para llegar a obtener el objetivo que
pretendemos y cuya intervención es necesaria cuando y en la medida enque estas operaciones no pueden desarrollarse automáticamente”.
Los
procesos o mecanismos de funcionamiento implicados pueden ser de tres tipos:
1). Losprocesos selectivos
Se activan cuando el ambiente nos exige dar respuesta
a un solo estímulo en presencia de otros estímulos. Por ejemplo, concentrarnos
en lo que dice nuestro profesor en clase y no en la conversación que, al mismo
tiempo, se desarrolla en el pasillo.
2).Los procesos de distribución
Se
ponen en marcha cuando el ambienten nos exige atender a varias cosas a la vez.
Lo que ejemplifica claramenteesto es la actividad de
conducir: mientras manejamos, hablamos con nuestro acompañante, miramos por el
espejo retrovisor, controlamos los pedales y la palanca de marchas, etc.
3).Los procesos de mantenimiento
o sostenimiento
La atención. Se producen cuando debemos
concentrarnos en una tarea durante periodos de tiempo relativamente extendidos.
Ejemplo: un controlador aéreo.
Operacionalmente el déficit de atención es la ausencia, carencia o
insuficiencia de las actividades de orientación, selección y mantenimiento de
la atención, así como la deficiencia del control y de su participación con
otros procesos psicológicos, con sus consecuencias específicas.
Desde el
punto de vista neurológico, se asume que el Déficit de atención es un trastorno
de la función cerebral en niños, adolescentes y adultos, caracterizados por la
presencia persistente de síntomas
comportamentales y cognoscitivos como la deficiencia atencional, la
hiperactividad y la impulsividad.
Ardila y Rosselli (1992) mencionan al déficit de
atención como defectos atencionales, y proponen que estos son provocados por
lesiones cerebrales, es esencial encontrar: insuficiencias en el nivel de
alerta, fluctuaciones de la atención, defectos de la concentración e
impersistencia motriz, tales defectos son especialmente evidentes en caso de
patologías de los lóbulos frontales y es
usual encontrarlos en pacientes que hayan sufrido trastornos craneoencefálicos.
Cabe
resaltar que en los manuales de diagnóstico de trastornos mentales y del
comportamiento: CIE-10 y DSM-IV, el Déficit de atención no es definido
operacionalmente. En el CIE-10 el déficit de atención es considerado como
síntoma de un trastorno hipercinético; mientras que el DSM IV considera al
déficit de atención como un síntoma del trastorno por déficit de atención con
hiperactividad.
La
Organización Mundial de la salud (1992) señala que los déficits de atención se
ponen de manifiesto cuando los chicos cambian
frecuentemente de una actividad a otra dando la impresión que pierden la
atención en una tarea porque pasan a entretenerse en otra.
La
Asociación de Psiquiatría Americana (1995) a través del manual diagnóstico de
trastornos mentales y del comportamiento (DSM-IV) indica que las personas con
déficit de atención o desatención se caracterizan por:
- No prestar suficiente atención a los
detalles, por lo que se incurre en errores en tareas escolares o laborales.
- Presentar dificultades en mantener la
atención en tareas y actividades lúdicas.
para mayor información visitar la pagina: http://www.psicopedagogia.com/deficit-de-atención.
Los nervios espinales o también conocidos como nervios raquídeos son aquéllos que se prolongan desde la médula y atraviesan los músculos vertebrales para distribuirse a las zonas del cuerpo.
Hemos visto que los nervios craneales, salvo el neumogástrico, se distribuyen exclusivamente por la cabeza y partes vecinas. Todo el resto del cuerpo se halla bajo la acción de los nervios espinales. Estos nervios suman 32 pares. Nacen simétricamente a los lados de la médula espinal, saliendo del conducto vertebral a través de los agujeros intervertebrales, vale decir que salen entre vértebra y vértebra. Una vez afuera, se distribuyen por las distintas partes del cuerpo, sobre todo por la piel y músculos del tronco y articulaciones.
LAS RAÍCES MOTORAS Y SENSITIVAS
Los nervios espinales salen de la médula espinal. Vemos cómo cada uno de ellos nace por dos raíces, bien diferenciadas: una ventral o anterior y otra dorsal o posterior; cada una de estas raíces está formada, como se ve, por un fascículo de finas fibras, que después constituyen una raíz única. Sigamos observando: la raíz ventral parte de la cara anterior de la médula espinal y aparece integrada por fibras que nacen del "cuerno anterior" de la sustancia gris medular.
La raíz dorsal sale de la cara posterior de la médula y está formada por fibras que se distribuyen en el cuerno posterior de la sustancia gris. Apenas salidas de la médula, las raíces ventrales y dorsales se unen para formar un único nervio y salir entonces del conducto vertebral. Las fibras nerviosas que parten del cuerno anterior medular son fibras motoras, mientras que las que terminan en el cuerno posterior son fibras sensitivas; es fácil entonces comprender que la raíz anterior será motora y la posterior, sensitiva. Naturalmente, cuando a la salida del conducto vertebral ambas raíces se unen, el nervio raquídeo resultante será un nervio mixto y, en él, la corriente nerviosa circulará en ambos sentidos: centrípeto y centrífugo.
LOS DOS RAMOS Y LA INERVACIÓN
Apenas salidos del propio orificio intervertebral, cada nervio espinal se divide en dos ramos, siempre mixtos: el ventral y el dorsal. El primero, más grande e importante, se dirige hacia la parte anterior del cuerpo y se divide poco a poco en una multitud de ramas que se distribuyen por la piel y los músculos de la parte lateral del cuello y los de la parte anterior del tronco y abdomen. En ciertas zonas, las ramas se unen entre sí antes de distribuirse para formar los llamados plexos nerviosos. La rama dorsal se dirige hacia atrás y se distribuye por la piel y músculos de la nuca y dorso.
TRASTORNOS DE LOS NERVIOS ESPINALES
A continuación se encuentra una breve descripción
de los síntomas de algunas de las enfermedades de las neuronas motoras más
comunes.
La esclerosis lateral amiotrófica (ALS),
también llamada enfermedad de Lou Gehrig o enfermedad de la neurona motora
clásica, es un trastorno progresivo, finalmente fatal que al final interrumpe
las señales de todos los músculos voluntarios. En los Estados Unidos, los
médicos usan los términos enfermedad de la neurona motora y ALS en forma
intercambiable. Tanto las neuronas motoras superiores como inferiores están
afectadas. Aproximadamente el 75 por ciento de los pacientes con ALS clásica
también tendrá debilidad y consumo de los músculos bulbares (músculos que
controlan el habla, la deglución y la masticación). Generalmente los síntomas
se notan primero en los brazos y las manos, las piernas o en los músculos de la
deglución. La debilidad y la atrofia musculares se producen en forma
desproporcionada en ambos lados del cuerpo. Los pacientes pierden fuerza y la
capacidad de mover los brazos, las piernas y el cuerpo. Otros síntomas son la
espasticidad, reflejos exagerados, calambres musculares, fasciculaciones, y
problemas aumentados con la deglución y la formación de palabras. El habla
puede ser arrastrado y nasal. Cuando los músculos del diafragma y la pared
torácica dejan de funcionar adecuadamente, los pacientes pierden la capacidad de
respirar sin asistencia mecánica. Aunque generalmente la enfermedad no daña la
mente o la personalidad de la persona, varios estudios recientes sugieren que
algunos pacientes con ALS tienen alteraciones en las funciones cognitivas como
problemas con la memoria y la toma de decisiones. ALS más comúnmente ataca a
personas entre los 40 y 60 años de edad, pero personas más jóvenes o más viejas
también pueden contraer la enfermedad. Los hombres están afectados más a menudo
que las mujeres. La mayoría de los casos de ALS se produce esporádicamente, y
no se considera que los familiares de esos individuos estén en mayor riesgo de
contraer la enfermedad. (Hay una forma familiar de ALS en adultos, que
frecuentemente se produce de la mutación del gen superóxido dismutasa, o SOD1,
ubicado en el cromosoma 21.) Una forma rara de ALS de inicio juvenil es
genética. La mayoría de los pacientes con ALS muere de insuficiencia
respiratoria, generalmente dentro de los 3 a 5 años del inicio de los síntomas.
Sin embargo, alrededor del 10 por ciento de los pacientes con ALS sobrevive
durante 10 o más años.
Hay 12 pares de nervios craneales que constituyen los nervios periféricos del encéfalo. Estos nervios abandonan el cráneo a través de fisuras y forámenes para distribuirse en la cabeza y cuello principalmente (a excepción del décimo nervio craneal que inerva estructuras torácicas y abdominales). Los nervios craneales son: 1. Nervio Olfatorio (par craneal I) 2. Nervio Óptico (par craneal II) 3. Nervio Oculomotor (par craneal III) 4. Nervio Troclear (par craneal IV) 5. Nervio Trigémino (par craneal V) 6. Nervio Abducente (par craneal VI) 7. Nervio Facial (par craneal VII) 8. Nervio Vestibulococlear (par craneal VIII) 9. Nervio Glosofaríngeo (par craneal IX) 10. Nervio Vago (par craneal X) 11. Nervio Accesorio (par craneal XI) 12. Nervio Hipogloso (par craneal XII)
Trastornos de nervios craneales
Parálisis de Bell
La parálisis de
Bell es una anomalía del nervio facial caracterizada por causar de forma
repentina debilidad o parálisis de los músculos de un lado de la cara.
El nervio facial
es el nervio craneal que estimula los músculos de la cara. Aunque se desconoce
la causa de la parálisis de Bell, se supone que en su mecanismo participa una
inflamación del nervio facial como respuesta a una infección vírica, a una
compresión o a una falta de riego sanguíneo.
Síntomas
La parálisis de
Bell aparece de forma repentina. La debilidad facial puede estar precedida unas
horas antes por un dolor localizado detrás de la oreja. El grado de debilidad
puede variar, de forma impredecible, de leve a completa, pero siempre afecta a
un solo lado de la cara. El lado paralizado de la cara queda sin arrugas y sin
expresión, pero a veces la persona tiene la sensación de que tiene la cara
torcida. La mayoría experimenta un entumecimiento o una sensación de peso en la
cara, pero de hecho la sensibilidad permanece normal. Cuando se afecta a la
parte superior de la cara, puede ser difícil cerrar el ojo del lado afectado.
En raras ocasiones la parálisis de Bell interfiere en la producción de saliva, en
el sentido del gusto y en la producción de lágrimas.
Diagnóstico
La parálisis de
Bell siempre afecta a un solo lado de la cara; la debilidad es de inicio súbito
y puede implicar tanto a la parte superior como a la inferior del lado
afectado. Aunque un ictus (accidente cerebrovascular) puede también producir
una debilidad súbita de la cara, solamente se afecta la parte inferior. Además,
el ictus se acompaña también de debilidad en el brazo y en la pierna.
Las demás causas
de la parálisis del nervio facial son infrecuentes y suelen ser de aparición
lenta. Entre ellas cabe destacar los tumores cerebrales o de otro tipo que
compriman el nervio, una infección vírica que lo destruya, como el herpes
(síndrome de Ramsay Hunt), infecciones en el oído medio o en los senos
mastoideos, la enfermedad de Lyme, las fracturas del hueso de la base del
cráneo y otros muchas enfermedades, todavía menos frecuentes.
Habitualmente, el
médico puede descartar estos trastornos basándose en la historia clínica de la
persona y en los resultados de las pruebas radiológicas, la tomografía
computadorizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Para la enfermedad de Lyme
puede ser necesario un análisis de sangre. No existen pruebas específicas para
el diagnóstico de la parálisis de Bell.
Tratamiento
Tampoco existe un
tratamiento específico para la parálisis de Bell. Algunos médicos consideran
que deberían administrarse corticosteroides como la prednisona antes del
segundo día posterior a la aparición de los síntomas y continuarlos durante 1 a
2 semanas. No se ha demostrado que este tratamiento sea eficaz en el control
del dolor o que mejore las posibilidades de recuperación.
Si la parálisis de
los músculos faciales impide que el ojo cierre completamente, debe evitarse que
éste se seque. Para ello se recomienda utilizar gotas lubricantes para los ojos
instiladas cada pocas horas y es posible que sea necesario un parche ocular. En
las personas afectadas de parálisis grave pueden resultar eficaces los masajes
de los músculos debilitados, al igual que la estimulación nerviosa para
prevenir la rigidez de estos músculos. Si la parálisis dura entre 6 y 12 meses
o más, el cirujano puede tratar de conectar un nervio sano (habitualmente
tomado de la lengua) con el músculo facial paralizado.
Pronóstico
Si la parálisis es
parcial, probablemente se produzca un restablecimiento completo en el plazo de
uno o dos meses. Si la parálisis es total, el pronóstico es variable, aunque la
mayoría se recupera completamente. Para determinar las probabilidades de recuperación,
el médico puede examinar el nervio facial mediante su estimulación eléctrica.
En ocasiones, a medida que el nervio facial se recupera, se forman conexiones
anormales que pueden ocasionar movimientos inesperados de algunos músculos
faciales o una secreción espontánea de lágrimas.