jueves, 27 de noviembre de 2014

Percepción


  La atención ha sido concebida en muchas ocasiones como una propiedad o atributo de la percepción, gracias a la cual seleccionamos mas eficazmente la información que nos es relevante.

  Que se perciban los objetos con mayor claridad.

 Que la experiencia perceptiva no se presente de forma desorganizada, sino que al excluir y seleccionar datos, estos se organicen en términos de figura y fondo.

  La existencia de la atención en el proceso de percepción significa que el  hombre  no solamente oye sino que también escucha, incluso a niveles intensos, y que el hombre no solo ve, si no que observa y contempla.







   Para kahnman (1973), la atención interviene en una de las faces del proceso de percepción, cuando en una fase inicial de la percepción se dividen en unidades, segmentos o grupos el campo que forma la estimulación, la atención entra en juego en el momento en que algunas de esas unidades subdivididas reciben mayor realce de figuras que otros.


Proceso de atención


    Se puede afirmar que la atención es la responsable de filtrar información que recibimos y asignar los recursos para permitir la adaptación interna del organismo en relación a las demandas externas.
    

   La atención tiene varias características: concentración, amplitud, intensidad, estabilidad, control y oscilamiento. Estas características están referidas a temas como: capacidad de atender a más de una tarea a la vez, la cantidad de mantener está atención por un largo periodo de tiempo. 


    La atención se puede clasificar en base a varios criterios, destacándose la clasificación de acuerdo a los mecanismos implicados, que la separa en tres tipos: selectiva, que se refiere a cómo el organismo responde a un estímulo excluyendo a los demás; dividida, que estudia los procesos del organismo para atender a dos o más tareas simultáneamente; y sostenida, que está relacionada con la capacidad de permanecer alerta durante períodos de tiempo relativamente largos. Por último, la atención está determinada por factores externos e internos. Los primeros están referidos a los estímulos medioambientales y, los segundos, a situaciones propias del sujeto.


   “La atención puede definirse como el mecanismo cognitivo mediante el que ejercemos control voluntario sobre nuestra actividad perceptiva, cognitiva y conductual, entendiendo por ello que activa/inhibe y organiza las diferentes operaciones mentales requeridas para llegar a obtener el objetivo que pretendemos y cuya intervención es necesaria cuando y en la medida en que estas operaciones no pueden desarrollarse automáticamente”.

Los procesos o mecanismos de funcionamiento implicados pueden ser de tres tipos:

1). Los procesos selectivos
 Se activan cuando el ambiente nos exige dar respuesta a un solo estímulo en presencia de otros estímulos. Por ejemplo, concentrarnos en lo que dice nuestro profesor en clase y no en la conversación que, al mismo tiempo, se desarrolla en el pasillo.

2). Los  procesos de distribución
Se ponen en marcha cuando el ambienten nos exige atender a varias cosas a la vez. Lo que ejemplifica claramente esto es la actividad de conducir: mientras manejamos, hablamos con nuestro acompañante, miramos por el espejo retrovisor, controlamos los pedales y la palanca de marchas, etc.

3). Los  procesos de mantenimiento o sostenimiento



La  atención. Se producen cuando debemos concentrarnos en una tarea durante periodos de tiempo relativamente extendidos. Ejemplo: un controlador aéreo.

articulo completo: http://es.scribd.com/doc/34109995/Procesos-Psicológicos-Básicos-
ATENCIÓN







DÉFICIT DE ATENCIÓN.


   Operacionalmente el déficit de atención es la ausencia, carencia o insuficiencia de las actividades de orientación, selección y mantenimiento de la atención, así como la deficiencia del control y de su participación con otros procesos psicológicos, con sus consecuencias específicas.

   Desde el punto de vista neurológico, se asume que el Déficit de atención es un trastorno de la función cerebral en niños, adolescentes y adultos, caracterizados por la presencia persistente de síntomas  comportamentales y cognoscitivos como la deficiencia atencional, la hiperactividad y la impulsividad.

Ardila y Rosselli (1992) mencionan al déficit de atención como defectos atencionales, y proponen que estos son provocados por lesiones cerebrales, es esencial encontrar: insuficiencias en el nivel de alerta, fluctuaciones de la atención, defectos de la concentración e impersistencia motriz, tales defectos son especialmente evidentes en caso de patologías de los lóbulos frontales  y es usual encontrarlos en pacientes que hayan sufrido trastornos craneoencefálicos.


   Cabe resaltar que en los manuales de diagnóstico de trastornos mentales y del comportamiento: CIE-10 y DSM-IV, el Déficit de atención no es definido operacionalmente. En el CIE-10 el déficit de atención es considerado como síntoma de un trastorno hipercinético; mientras que el DSM IV considera al déficit de atención como un síntoma del trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

    La Organización Mundial de la salud (1992) señala que los déficits de atención se ponen de manifiesto cuando los chicos cambian  frecuentemente de una actividad a otra dando la impresión que pierden la atención en una tarea porque pasan a entretenerse en otra.
   La Asociación de Psiquiatría Americana (1995) a través del manual diagnóstico de trastornos mentales y del comportamiento (DSM-IV) indica que las personas con déficit de atención o desatención se caracterizan por:
 -  No prestar suficiente atención a los detalles, por lo que se incurre en errores en tareas escolares o laborales.

 -  Presentar dificultades en mantener la atención en tareas y actividades lúdicas.

para mayor información visitar la pagina: http://www.psicopedagogia.com/deficit-de-atención.

















Los nervios espinales

   Los nervios espinales o también conocidos como nervios raquídeos son aquéllos que se prolongan desde la médula y atraviesan los músculos vertebrales para distribuirse a las zonas del cuerpo.                

  Hemos visto que los nervios craneales, salvo el neumogástrico, se distribuyen exclusivamente por la cabeza y partes vecinas. Todo el resto del cuerpo se halla bajo la acción de los nervios espinales. Estos nervios suman 32 pares. Nacen simétricamente a los lados de la médula espinal, saliendo del conducto vertebral a través de los agujeros intervertebrales, vale decir que salen entre vértebra y vértebra. Una vez afuera, se distribuyen por las distintas partes del cuerpo, sobre todo por la piel y músculos del tronco y articulaciones.


LAS  RAÍCES MOTORAS Y SENSITIVAS


  Los nervios espinales salen de la médula espinal. Vemos cómo cada uno de ellos nace por dos raíces, bien diferenciadas: una ventral o anterior y otra dorsal o posterior; cada una de estas raíces está formada, como se ve, por un fascículo de finas fibras, que después constituyen una raíz única. Sigamos observando: la raíz ventral parte de la cara anterior de la médula espinal y aparece integrada por fibras que nacen del "cuerno anterior" de la sustancia gris medular.

  La raíz dorsal sale de la cara posterior de la médula y está formada por fibras que se distribuyen en el cuerno posterior de la sustancia gris. Apenas salidas de la médula, las raíces ventrales y dorsales se unen para formar un único nervio y salir entonces del conducto vertebral. Las fibras nerviosas que parten del cuerno anterior medular son fibras motoras, mientras que las que terminan en el cuerno posterior son fibras sensitivas; es fácil entonces comprender que la raíz anterior será motora y la posterior, sensitiva. Naturalmente, cuando a la salida del conducto vertebral ambas raíces se unen, el nervio raquídeo resultante será un nervio mixto y, en él, la corriente nerviosa circulará en ambos sentidos: centrípeto y centrífugo.




LOS DOS RAMOS Y LA INERVACIÓN


  Apenas salidos del propio orificio intervertebral, cada nervio espinal se divide en dos ramos, siempre mixtos: el ventral y el dorsal. El primero, más grande e importante, se dirige hacia la parte anterior del cuerpo y se divide poco a poco en una multitud de ramas que se distribuyen por la piel y los músculos de la parte lateral del cuello y los de la parte anterior del tronco y abdomen. En ciertas zonas, las ramas se unen entre sí antes de distribuirse para formar los llamados plexos nerviosos. La rama dorsal se dirige hacia atrás y se distribuye por la piel y músculos de la nuca y dorso.


TRASTORNOS DE LOS NERVIOS ESPINALES

  A continuación se encuentra una breve descripción de los síntomas de algunas de las enfermedades de las neuronas motoras más comunes.

  La esclerosis lateral amiotrófica (ALS), también llamada enfermedad de Lou Gehrig o enfermedad de la neurona motora clásica, es un trastorno progresivo, finalmente fatal que al final interrumpe las señales de todos los músculos voluntarios. En los Estados Unidos, los médicos usan los términos enfermedad de la neurona motora y ALS en forma intercambiable. Tanto las neuronas motoras superiores como inferiores están afectadas. Aproximadamente el 75 por ciento de los pacientes con ALS clásica también tendrá debilidad y consumo de los músculos bulbares (músculos que controlan el habla, la deglución y la masticación). Generalmente los síntomas se notan primero en los brazos y las manos, las piernas o en los músculos de la deglución. La debilidad y la atrofia musculares se producen en forma desproporcionada en ambos lados del cuerpo. Los pacientes pierden fuerza y la capacidad de mover los brazos, las piernas y el cuerpo. Otros síntomas son la espasticidad, reflejos exagerados, calambres musculares, fasciculaciones, y problemas aumentados con la deglución y la formación de palabras. El habla puede ser arrastrado y nasal. Cuando los músculos del diafragma y la pared torácica dejan de funcionar adecuadamente, los pacientes pierden la capacidad de respirar sin asistencia mecánica. Aunque generalmente la enfermedad no daña la mente o la personalidad de la persona, varios estudios recientes sugieren que algunos pacientes con ALS tienen alteraciones en las funciones cognitivas como problemas con la memoria y la toma de decisiones. ALS más comúnmente ataca a personas entre los 40 y 60 años de edad, pero personas más jóvenes o más viejas también pueden contraer la enfermedad. Los hombres están afectados más a menudo que las mujeres. La mayoría de los casos de ALS se produce esporádicamente, y no se considera que los familiares de esos individuos estén en mayor riesgo de contraer la enfermedad. (Hay una forma familiar de ALS en adultos, que frecuentemente se produce de la mutación del gen superóxido dismutasa, o SOD1, ubicado en el cromosoma 21.) Una forma rara de ALS de inicio juvenil es genética. La mayoría de los pacientes con ALS muere de insuficiencia respiratoria, generalmente dentro de los 3 a 5 años del inicio de los síntomas. Sin embargo, alrededor del 10 por ciento de los pacientes con ALS sobrevive durante 10 o más años.








Nervios craneales

  Hay 12 pares de nervios craneales que constituyen los nervios periféricos del encéfalo. Estos nervios abandonan el cráneo a través de fisuras y forámenes para distribuirse en la cabeza y cuello principalmente (a excepción del décimo nervio craneal que inerva estructuras torácicas y abdominales).

Los nervios craneales son:

1. Nervio Olfatorio (par craneal I)
2. Nervio Óptico (par craneal II)
3. Nervio Oculomotor (par craneal III)
4. Nervio Troclear (par craneal IV)
5. Nervio Trigémino (par craneal V)
6. Nervio Abducente (par craneal VI)
7. Nervio Facial (par craneal VII)
8. Nervio Vestibulococlear (par craneal VIII)
9. Nervio Glosofaríngeo (par craneal IX)
10. Nervio Vago (par craneal X)
11. Nervio Accesorio (par craneal XI)
12. Nervio Hipogloso (par craneal XII)





Trastornos de nervios craneales 


Parálisis de Bell




  La parálisis de Bell es una anomalía del nervio facial caracterizada por causar de forma repentina debilidad o parálisis de los músculos de un lado de la cara.
El nervio facial es el nervio craneal que estimula los músculos de la cara. Aunque se desconoce la causa de la parálisis de Bell, se supone que en su mecanismo participa una inflamación del nervio facial como respuesta a una infección vírica, a una compresión o a una falta de riego sanguíneo.


Síntomas

  La parálisis de Bell aparece de forma repentina. La debilidad facial puede estar precedida unas horas antes por un dolor localizado detrás de la oreja. El grado de debilidad puede variar, de forma impredecible, de leve a completa, pero siempre afecta a un solo lado de la cara. El lado paralizado de la cara queda sin arrugas y sin expresión, pero a veces la persona tiene la sensación de que tiene la cara torcida. La mayoría experimenta un entumecimiento o una sensación de peso en la cara, pero de hecho la sensibilidad permanece normal. Cuando se afecta a la parte superior de la cara, puede ser difícil cerrar el ojo del lado afectado. En raras ocasiones la parálisis de Bell interfiere en la producción de saliva, en el sentido del gusto y en la producción de lágrimas.


Diagnóstico

  La parálisis de Bell siempre afecta a un solo lado de la cara; la debilidad es de inicio súbito y puede implicar tanto a la parte superior como a la inferior del lado afectado. Aunque un ictus (accidente cerebrovascular) puede también producir una debilidad súbita de la cara, solamente se afecta la parte inferior. Además, el ictus se acompaña también de debilidad en el brazo y en la pierna.
Las demás causas de la parálisis del nervio facial son infrecuentes y suelen ser de aparición lenta. Entre ellas cabe destacar los tumores cerebrales o de otro tipo que compriman el nervio, una infección vírica que lo destruya, como el herpes (síndrome de Ramsay Hunt), infecciones en el oído medio o en los senos mastoideos, la enfermedad de Lyme, las fracturas del hueso de la base del cráneo y otros muchas enfermedades, todavía menos frecuentes.

Habitualmente, el médico puede descartar estos trastornos basándose en la historia clínica de la persona y en los resultados de las pruebas radiológicas, la tomografía computadorizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Para la enfermedad de Lyme puede ser necesario un análisis de sangre. No existen pruebas específicas para el diagnóstico de la parálisis de Bell.


Tratamiento

  Tampoco existe un tratamiento específico para la parálisis de Bell. Algunos médicos consideran que deberían administrarse corticosteroides como la prednisona antes del segundo día posterior a la aparición de los síntomas y continuarlos durante 1 a 2 semanas. No se ha demostrado que este tratamiento sea eficaz en el control del dolor o que mejore las posibilidades de recuperación.
Si la parálisis de los músculos faciales impide que el ojo cierre completamente, debe evitarse que éste se seque. Para ello se recomienda utilizar gotas lubricantes para los ojos instiladas cada pocas horas y es posible que sea necesario un parche ocular. En las personas afectadas de parálisis grave pueden resultar eficaces los masajes de los músculos debilitados, al igual que la estimulación nerviosa para prevenir la rigidez de estos músculos. Si la parálisis dura entre 6 y 12 meses o más, el cirujano puede tratar de conectar un nervio sano (habitualmente tomado de la lengua) con el músculo facial paralizado.


Pronóstico

  Si la parálisis es parcial, probablemente se produzca un restablecimiento completo en el plazo de uno o dos meses. Si la parálisis es total, el pronóstico es variable, aunque la mayoría se recupera completamente. Para determinar las probabilidades de recuperación, el médico puede examinar el nervio facial mediante su estimulación eléctrica. En ocasiones, a medida que el nervio facial se recupera, se forman conexiones anormales que pueden ocasionar movimientos inesperados de algunos músculos faciales o una secreción espontánea de lágrimas.